Existe en Perú un verdadero paraíso y se llama Mallkini (http://www.youtube.com/watch?v=xfDCy-hjGLc). Ubicado a sólo dos horas de camino de Juliaca, es considerado, a pesar de sus 4 mil metros de altitud, el lugar perfecto para los amantes del turismo vivencial y que buscan alejarse del bullicio de las ciudades y los problemas de la vida cotidiana para entrar en contacto con la naturaleza.
Con una extensión de más de 3 mil hectáreas, es uno de los pocos lugares en el país donde durante su estadía el turista puede ser testigo e incluso participar en el proceso de crianza y de mejoramiento genético de las alpacas. Luego de su estadía en Mallkini, los turistas nacionales y extranjeros salen convencidos sobre la necesidad de cuidar la naturaleza.
Lo primero que encuentran los visitantes de este fundo ubicado en la provincia de Muñani, distrito de Azángaro, Puno (http://www.punoinfo.com/turismo/) es una confortable cabañita donde se ha combinado la perfección, la comodidad y lo campestre. Lógicamente, quien llegue al Fundo no puede esperar encontrar radio, televisión, ni acceso a teléfonos, porque de lo que se trata es de desconectarse del mundo.
Basta revisar el libro de huéspedes para darse una idea de lo maravilloso que resulta pasar un día en el fundo. En ello tiene gran responsabilidad su administrador y anfitrión, el ingeniero Moisés Asparrin Tapia, quien se esmera al máximo para que el turista se sienta como en casa.
Como en el campo, la jornada en Mallkini empieza a las 5 de la mañana y acaba poco después de las 8 de la noche, cuando se apagan las luces del generador eléctrico.La mayoría de visitantes del fundo opta por ir al sector donde se encuentran las más de mil 500 alpacas del grupo Michel que forman parte del programa de mejoramiento genético mediante una combinación de métodos tradicionales y tecnológicos como la transferencia de embriones.
Aquí el visitante tiene contacto directo con las alpacas y participa en su crianza, así como en su selección para el proceso de empadre controlado que se da entre los meses de enero y febrero.
“Los gringos se sienten en el país de las maravillas cuando están en contacto con las alpacas. No quieren despegarse de ellas ni un instante, incluso levantan campamentos en medio de los centros de crianza”, refiere Moisés Asparrín.El fundo Mallkini cuenta también con una extensa área de bosques donde se desarrolla toda una variedad de plantas ornamentales y hasta medicinales, muchas de las que se encuentran en proceso de extensión. Así por ejemplo ahí se encuentra el sancayo que es un cáptus rodeado de flores rojas. En el bosque de los murmullos se ha producido lo que el ingeniero Moisés ha calificado como el encuentro de dos mundos. Por esas cosas de la naturaleza, un árbol peruano como el de la Queñua se ha entrelazado con uno europeo como el ciprés.
Mallkini cuenta con escenarios ideales para la práctica de deportes de aventura como el ciclismo de montaña y el escalado de rocas.
Con una extensión de más de 3 mil hectáreas, es uno de los pocos lugares en el país donde durante su estadía el turista puede ser testigo e incluso participar en el proceso de crianza y de mejoramiento genético de las alpacas. Luego de su estadía en Mallkini, los turistas nacionales y extranjeros salen convencidos sobre la necesidad de cuidar la naturaleza.
Lo primero que encuentran los visitantes de este fundo ubicado en la provincia de Muñani, distrito de Azángaro, Puno (http://www.punoinfo.com/turismo/) es una confortable cabañita donde se ha combinado la perfección, la comodidad y lo campestre. Lógicamente, quien llegue al Fundo no puede esperar encontrar radio, televisión, ni acceso a teléfonos, porque de lo que se trata es de desconectarse del mundo.
Basta revisar el libro de huéspedes para darse una idea de lo maravilloso que resulta pasar un día en el fundo. En ello tiene gran responsabilidad su administrador y anfitrión, el ingeniero Moisés Asparrin Tapia, quien se esmera al máximo para que el turista se sienta como en casa.
Como en el campo, la jornada en Mallkini empieza a las 5 de la mañana y acaba poco después de las 8 de la noche, cuando se apagan las luces del generador eléctrico.La mayoría de visitantes del fundo opta por ir al sector donde se encuentran las más de mil 500 alpacas del grupo Michel que forman parte del programa de mejoramiento genético mediante una combinación de métodos tradicionales y tecnológicos como la transferencia de embriones.
Aquí el visitante tiene contacto directo con las alpacas y participa en su crianza, así como en su selección para el proceso de empadre controlado que se da entre los meses de enero y febrero.
“Los gringos se sienten en el país de las maravillas cuando están en contacto con las alpacas. No quieren despegarse de ellas ni un instante, incluso levantan campamentos en medio de los centros de crianza”, refiere Moisés Asparrín.El fundo Mallkini cuenta también con una extensa área de bosques donde se desarrolla toda una variedad de plantas ornamentales y hasta medicinales, muchas de las que se encuentran en proceso de extensión. Así por ejemplo ahí se encuentra el sancayo que es un cáptus rodeado de flores rojas. En el bosque de los murmullos se ha producido lo que el ingeniero Moisés ha calificado como el encuentro de dos mundos. Por esas cosas de la naturaleza, un árbol peruano como el de la Queñua se ha entrelazado con uno europeo como el ciprés.
Mallkini cuenta con escenarios ideales para la práctica de deportes de aventura como el ciclismo de montaña y el escalado de rocas.
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